martes, 29 de abril de 2008

Cynthia Sabat

Carne

como huesitos de la furia
mi negra y yo
lenta y machacadora


tinieblas casi
infierno
yo acaricio su cuello

que me bamboleo

sólo bastaría conservar el pulso firme
(déjame deseo)


digo que estás partido como una flor

los ojos caen como frutos
como quien se rasura

por favor
de vez en cuando
poder comer sus labios
y deshuesado
como un trompo
un pez un pelo
los calzoncillos húmedos
hasta que todo regrese a su sitio


quiere fuego

digo que estás partido
que hubieran acariciado sexos
en la deslluvia


por ejemplo: ahora viene mi perro
apoya el hocico

hazle saber cuánto te quema


una pierna arqueada levemente


visto de costado caería más
quiere fuego


hazle saber cuánto te quema

aún buscamos ese fragmento
del loco echando querosén
a su conciencia


déjame deseo
que me bamboleo


de vez en cuando
lo terrible tinieblas casi


ízala tú mi tumba


ahora mira la fosa
serpientes de orín
menos la punta
la puntita


quién pudiera


siete remordimientos flotan
al carnoso ronquido de nalgas

déjame deseo
morder
sus tres soles.


A María del Carmen Colombo

Arturo Carrera

Carpe diem (fragmento)

sólo el misterio busca compañía.
Busca... su alianza cruel con la ignorancia real
del deseo,

y de las cosas que por únicas
repite el carpe diem del deseo,


yo hablé
yo soñé


algo que no quiere adherirse
ni al secreto de sí mismo,
ni a la comparación que se rehúsa a cada forma todavía


Cree que el bigote del gato egipcio
es la comparación.


sus bigotes de alcanfor que saben del equilibrio
más que su distante armonía.
Cuando yo balbucía y eras un hombre más pequeño,
tu voz más disonante más fiel a su secreto,


y la alegría de las formas se ofrecía a su indistinción.


Pero líbrame de las injurias fáciles,
de los fáciles fantasmas que confunden todavía
mi inocencia con mi frivolidad,
mi sexualidad ambigua y contenida
con un modo excesivo del impudor.


...descontentos con mi apuesta a volver
al murmullo de las ranas, a querer oír otra vez
el impulso de las ranas en su verdad,
en su mensaje de reclamo al viento,
a la insinuación.


Y que me libere de los que descreen
de mi creencia en ese grillo, en ese bazar,

abierto no sobre el lenguaje sino
sobre su vestigio en mí.


Que el deseo de los cuerpos hermosos
entrevistos en la calle Stegmann
no se duerma todavía,


ni el derecho a la blasfemia incoherente
amenaza indecente a quienes miran.


Al misterio.
Otra vez al misterio
de la dolorosa insistencia
del misterio.


Inocente


carpe diem

Julio Bepre

Cada instante

Pocos actos realicé en la fecha:
recorrí la ciudad
y no seguí pensando en quien
dejó dudas y se dijo amigo.

Contigo estuve a las 15 p.m.
después de un largo tiempo sin oir
ni un mínimo rumor
en torno a tu persona.

A otro lo esperé y no acudió a la cita
me bebí una cerveza
y tuve que aceptar una evidencia
con ciertas desmemorias.

Y entonces advertí que nada
era ni es un azar concluyente.

Salvo vivir de a poco cada instante
salvo vivir un afán-
uno apenas por día.

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